viernes, 20 de febrero de 2009

15 de Febrero

[...]Que ya no puedo creer en tus mentiras, en tus palabras, en lo que dices y recitas por la vida. Porque subo como un huracán en el aire y me haces dar vueltas por la ciudad, no comprendo, ¡Soy destructible! Me mezclas el blanco y el negro y me dejas en un gris interminable, ¡Interminable! Esto es insólito, una falta de respeto talvez. Un juego con una copa de oro, ¡Qué falta de respeto es esta! A vecs me pones máscaras de las cuales creo ser, creo ser esa persona que crees que soy, que crees (o más bien, que creo) que somos, pero me cubres los ojos descarádamente para que yo crea que bailamos, ¡Pero caemos! Eres como un mar de mentiras, que parece el hogar. Y yo, en toda mi estupidez, nado, ¡Sigo nadando! Cuando todos me gritan de la orilla que salga, talvez lo haga.

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