viernes, 11 de febrero de 2005

Dos Segundos Antes

Lentamente. Velozmente. Destrozando todo. Arreglando todo. Desordenando y ordenando: Dándo un nuevo órden. Y mientras viaja a un nuevo futuro incierto, acompañado de un espasmo de terror, la vista se nubla. El aire tiene un extraño aroma. Aquellos sabores que alguna vez te gustaron secan tu lengua. Más profundo, mientras más profundo, tu historia va pasando ante ti. Todo deja de doler; y todo lo que alguna vez te hizo heridas, las cierra ahora.Y ves ante tí a la última persona que querías ver; o quizá, a ti mismo, con esos ojos llenos de furor. Sientes, entonces, aquello que antes no alcanzaste a sentir, incluído tu corazón latiendo más rápido que nunca. Luego de aquel ensordecedor ruido que penetra tus oídos, tu cuerpo se relaja. Quizá volabas, quizá todo era un sueño. Pero cada segundo, tu cuerpo se relaja aún más. Ya no puedes siquiera recordar por qué estabas ahí: Solo lo estás, todo es blanco y no tiene sentido. Por fin recuerdas tu vida, si es que se le podía llamar así. Nada nunca valió la pena, y tu tiempo bien lo desperdiciaste. Mereces esto. Lo mereces porque otros lo han merecido y ahora te tocaba a ti. Lo mereces porque fuiste el encargado de darle lo mismo a otros, y ahora ellos te lo dan a ti. Perdiste, hace un segundo, a toda tu familia, porque por tí merecían lo mismo. Tus amigos ya te dejaron, si es que tenías alguno, pues ya no los puedes recordar. Piensas en tu mujer y en el único orgasmo que le diste y te das cuenta de que lo fingió. Tus hijos jamás te quisieron, pero les dabas lástima. Y pretendías pensar en los demás, pero ya había pasado otro segundo. Y estabas, ahora, tendido en el suelo, con un agujero en la cabeza.

No hay comentarios: