viernes, 17 de octubre de 2008

Así es la vida

El año pasado fue el año que nos humanizamos. Que aprendimos a vivir. A ser personas, a tener amigos. Aprendimos a mirar el sol.
También fue el año pasado que me alejé de ti, mounstruo. Que dejé de ser tu bien, tu material de consumo. Y también dejé de ser tu diosa, dejamos el amor atrás. Qué era el amor. Para ti el amor (y para nosotros) era un concepto, eran muchos conceptos. Era una carta en un juego. Era una trampa, un tropezón en la vida. Extrañaré esos días de grandeza. Cuando tú me decías que era la mejor. Que nadie me superaba. Y lo siento al ver tu cara, mounstruo, en la cara de los desconocidos. Porque me enseñaste a ser la mejor. Era la mejor. Era mejor que tú.

Me mostraste a otra persona. Era mi diosa, es mi diosa. Yo era su mounstruo. Siempre sentí que, incluso ni si quiera en las profundidades de su mente, sino que mucho más arriba, yo le aterraba. Yo le daba el miedo más grande, yo la hacía dudar. Y así mismo la protegía de otros miedos, porque era su ser. Yo siempre soy el ser.
Así es la vida.
Ser un ser. Ser tú. Ser lo que nunca fuiste. Ser lo que no eres, y ser lo que nunca serás. Superarte. Ser mejor que tú. Para que luego pases a ser mi bien. Y te consuma, hasta que no quede más de ti. Y nada más de mi.
Nada más de mí.

No hay comentarios: