martes, 5 de enero de 2010

Yo seré tu Dorian Gray. Seré tu eterna juventud, tu placer. El disfrute de todas las emociones y sensaciones juntas. No temas si la muerte anda cerca, pues es mi amiga. Yo he convivido con ella toda mi vida, la he visto pasar. Ven conmigo y seamos la maldad. Seamos lo insaciable, seamos las sensaciones más placenteras. Ya que esta vida es similar a lo efímero (o eso dicen), ven conmigo y no te pierdas, no me pierdas. No te quiero para absolutamente nada más que aquello. Seamos la maldad, porque sé que al igual que yo, tú también la tienes, dentro, dentro. Aquella dulce sensación, el color de la sangre es hermoso. Su sabor, el más delicioso. No hay nada mejor que sentir la vida misma entre tus labios, en tu lengua, saborear aquella sensación de "casi" poder, acompañada de un poco de dolor; sin embargo, ¿Qué es dolor sinó la muestra de que estás vivo? Y eso es para tí, y para mí, solo una confirmación de lo sabroso que es todo este asunto de vivir. No hay nada bello en eso de la muerte, pero aquel aroma es un afrodisíaco en tí. Sin embargo, no hay nada más lejano que ell.a.

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