domingo, 31 de enero de 2010

Sí.

Lejos, creo que esto es una de mis "sinceridades" más importantes que decidiré plasmar acá.

Uno siempre es destruído por alguien. Siempre una persona, dos personas, tres personas, vienen, y le dejan a uno una huella en las manos, en los ojos. Huellas, cicatricez que jamás borrarás. Cosas que quedarán plasmadas en tí, pero solo se quedan en eso. Pero poco a poco, van formando algo que médicamente podría denominarse como necrosis. Pero en tu mente.
No más rodeos.
Lo lograste, o lo logré, no lo sé.
He consumido todas aquellas cicatricez, y finalmente, me convertí en el(los) mounstruo(s) con el que convivía, en el(los) mounstruo(s) al cual yo le temía. Me convertí en tí; lo lograste. Me convertí en tí, bastardo. Me convertí en el cerebro tuyo que consumí, de alguna forma. Nos unimos, we splitted apart from the wound. Porque ahora ya no salen palabras de mí que digan algo, solo se guardan adentro. Muy poca gente las puede oír. Porque ya destruí eso poco que había aprendido que me hacía humano, lo consumi(ste) y ya no lo puedo sentir más. ¿Y cual sería la cura, dices? La cura, no lo sé. Tal vez nadie lo sabe, y por eso es que esta enfermedad solo se esparce más y más.
En fin, no es como que desée tirar flores a nada ni nadie. La mayoría de las enfermedades se pasan, quién sabe si ésta está en la lista.

No hay comentarios: