miércoles, 21 de enero de 2009

Querido amigo

Me fui a dormir y te conocí. Querido amigo, nos conocimos arriba en esa azotea tan sucia y fea, por no decir más. Nunca habíamos hablado, de hecho, nunca hablamos. De hecho solo conocí tus pies, tus piernas. Porque ambos mirabamos hacia abajo. Y confiaste en mi, y me dijiste tu nombre, quién eres. Y por qué. Me dijiste por qué y lo hiciste. Adiós querido amigo. Que el viento te acompañe en la caída y mis ojos también. Fue un lindo viaje, yo creo que disfruté estar contigo antes de tu muerte. Lamento solo haber podido ver a través de tus ojos a quien te encontró. Anciano, constructor. Olvide este rostro. Solo yo sé quién soy.

No hay comentarios: