domingo, 4 de abril de 2010

Día 3: Moneda.

Cara: Me dejó. Yo había renunciado al trabajo por ella y me dejó. Ahora no tendré nada de dinero. Nadie me va a recibir porque renuncié aun trabajo tan bueno, dirán: ¡Vaya imbécil! Voy a terminar perdiéndolo todo. Pondré a hipotecar la casa desde antes, para asegurarme algo de dinero. Venderé mis joyas, mi piano, mi guitarra. No me quedará nada. No conoceré a nadie tampoco. Ella era la unica persona, la unica que me lograba hacer feliz. Ésta puta vida es una basura, solo te pasan cosas malas. Todo para cagarte, creo que pronto me mataré. Ella jamás volverá conmigo, no vale la pena intentar. No vale la pena tampoco mandar currículums, soy demasiado basura. Creo que destrozó mi ego por completo, tenía razón: Soy un estúpido que no sabe hacia donde va el tren. Que lo toma nomás, y lo pierdo todo. Todo esto es para tirarme abajo, y lo lograron. Nada vale la pena ya. Soy un estorbo, solo molesto. Hasta a mi familia le molesto. Le molesto a todo el mundo porque soy una aberración de ser humano, por eso es que me dejan. Creo que me mataré: Sí, creo que es lo mejor, para dejar de desperdiciar el aire de los demás.

Sello: Me dejó. Yo había renunciado al trabajo por pensar que ibamos a iniciar ese proyecto juntos. ¡Una lástima! Pero conseguiré otro trabajo pronto, seguramente. Soy un empleado que le hace falta a cualquier compañía, todos querrán que trabaje para ellos. En una de esas, esto me sirve para conseguir un trabajo y un puesto mejor. Conseguiré una mejor casa, un mejor apartamento, o los dos talvez. Conseguiré mejores joyas, mejor piano y guitarra. Seguramente terminamos porque pronto conoceré a alguien mejor. Ella me hacía feliz, pero siempre existirá mucha gente que me hará feliz. Talvez ahora venga mi musa, mi verdadera musa. O talvez, podría intentar volver con ella. Seguramente ahora se está arrepintiendo, porque los dos la cagamos, no solo yo. Y ella era inteligente, sabrá volver. Tenía razón: ¡Soy egoísta! Lo acepto, y cambiaré. Nadie logrará tirarme abajo, nadie. La gente siempre tiene malas intenciones con uno, pero no hay por qué hacer caso de palabras necias. Derrepente uno anda de malas, y hasta con la familia pelea, pero ¡Qué más da! Al fin y al cabo, todo lo que necesitas es amor. Creo que ahora mismo, iré a empezar todo de nuevo.

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