viernes, 31 de octubre de 2008

Escrito de hace años atrás. Melancolía de un amor equivocado.

Te mezclas por entre las letras
Para que yo no pudiese verte jamás.
Te transformas en la lejanía
Tan cercana a mi cuerpo.
Cada imágen intenta dar vida a un nosotros
y cada letra en mi oído crea el sonido de tu voz.

Te opaca y te carcome.

Te opaca y te carcome. Te saca las entrañas, para luego dártelas de comer. Te protege con sus alas, pero para que no veas más. Antes eras un ángel, eramos ángeles.

viernes, 17 de octubre de 2008

Todos sabemos hacer muchsa cosas. Yo, particularmente, sé hacer muchas cosas.

Sé tomar fotografías muy lindas, aunque no tengo previo estudio. Sé tocar bajo, aunque no practico demasiado, pero soy buena. Sé tocar guitarra, aunque siempre olvido las canciones que me sé. Sé cantar, pero no me gusta mi voz. Sé editar fotos, me quedan bien lindas. Sé diseñar ropa, creo tener buenos gustos. Se Inglés. Se como seducir aun hombre; también a una mujer. Sé de ortografía. Se de muchas cosas. Se reflexionar. Se escucharme a mi misma. Se leer. Se leer rápido también. Se degustar sabores, se identificar olores. Se qué me combiene, sé cuando me equivoco. Se cocinar, se manejar. Se ahorrar dinero, también lo sé gastar. Se cortar el pelo, se como teñir el pelo. Se como aprender, se como estudiar. Se como hacer una sorpresa, se como sorprenderte. Se como decir un chiste, también como hacerte reír. Sé pensar en ti.

Pero no se amar.
Y no sé como tenerte.

Así es la vida

El año pasado fue el año que nos humanizamos. Que aprendimos a vivir. A ser personas, a tener amigos. Aprendimos a mirar el sol.
También fue el año pasado que me alejé de ti, mounstruo. Que dejé de ser tu bien, tu material de consumo. Y también dejé de ser tu diosa, dejamos el amor atrás. Qué era el amor. Para ti el amor (y para nosotros) era un concepto, eran muchos conceptos. Era una carta en un juego. Era una trampa, un tropezón en la vida. Extrañaré esos días de grandeza. Cuando tú me decías que era la mejor. Que nadie me superaba. Y lo siento al ver tu cara, mounstruo, en la cara de los desconocidos. Porque me enseñaste a ser la mejor. Era la mejor. Era mejor que tú.

Me mostraste a otra persona. Era mi diosa, es mi diosa. Yo era su mounstruo. Siempre sentí que, incluso ni si quiera en las profundidades de su mente, sino que mucho más arriba, yo le aterraba. Yo le daba el miedo más grande, yo la hacía dudar. Y así mismo la protegía de otros miedos, porque era su ser. Yo siempre soy el ser.
Así es la vida.
Ser un ser. Ser tú. Ser lo que nunca fuiste. Ser lo que no eres, y ser lo que nunca serás. Superarte. Ser mejor que tú. Para que luego pases a ser mi bien. Y te consuma, hasta que no quede más de ti. Y nada más de mi.
Nada más de mí.

sábado, 11 de febrero de 2006

Belleza, Destrucción

Siempre, transformando las palabras en lo que realmente son, cerrando los ojos, imaginando qué ocurriría entre cada silencio. Sintiendo el tibio aliento cercano, el aire cuyo camino fue corrompido por una sombra creada por los deseos.
Activando el cuerpo, ensuciando los labios con esa sed interminable que, a diferencia de quienes se ahogan, en este cuerpo seca el alma.
Creando un calor, una textura ireal, recreando una figura como creemos que sería, mientras el frío que llena el lugar congela los verdaderos sentidos.
Deteriorando todo, alimentando un alma con aire imaginario, destruyendo la única salida, aquello que lo salvaría.
Dejando vivir, miserablemente, penosamente, pues el alma sobrevive con lo poco que se le da, pues es hermoso, aún cuando en algun momento la matará.

viernes, 11 de febrero de 2005

Dos Segundos Antes

Lentamente. Velozmente. Destrozando todo. Arreglando todo. Desordenando y ordenando: Dándo un nuevo órden. Y mientras viaja a un nuevo futuro incierto, acompañado de un espasmo de terror, la vista se nubla. El aire tiene un extraño aroma. Aquellos sabores que alguna vez te gustaron secan tu lengua. Más profundo, mientras más profundo, tu historia va pasando ante ti. Todo deja de doler; y todo lo que alguna vez te hizo heridas, las cierra ahora.Y ves ante tí a la última persona que querías ver; o quizá, a ti mismo, con esos ojos llenos de furor. Sientes, entonces, aquello que antes no alcanzaste a sentir, incluído tu corazón latiendo más rápido que nunca. Luego de aquel ensordecedor ruido que penetra tus oídos, tu cuerpo se relaja. Quizá volabas, quizá todo era un sueño. Pero cada segundo, tu cuerpo se relaja aún más. Ya no puedes siquiera recordar por qué estabas ahí: Solo lo estás, todo es blanco y no tiene sentido. Por fin recuerdas tu vida, si es que se le podía llamar así. Nada nunca valió la pena, y tu tiempo bien lo desperdiciaste. Mereces esto. Lo mereces porque otros lo han merecido y ahora te tocaba a ti. Lo mereces porque fuiste el encargado de darle lo mismo a otros, y ahora ellos te lo dan a ti. Perdiste, hace un segundo, a toda tu familia, porque por tí merecían lo mismo. Tus amigos ya te dejaron, si es que tenías alguno, pues ya no los puedes recordar. Piensas en tu mujer y en el único orgasmo que le diste y te das cuenta de que lo fingió. Tus hijos jamás te quisieron, pero les dabas lástima. Y pretendías pensar en los demás, pero ya había pasado otro segundo. Y estabas, ahora, tendido en el suelo, con un agujero en la cabeza.