jueves, 18 de junio de 2009

Pensamiento en medio de la tormenta.

Creo que soy yo, y talvez solo yo, la que se ahoga entre pensamientos tormentosos que no llegan a conclusión alguna. Aquella que deja crecer de una semilla un sentimiento venenoso (solo en este caso) y que la carcome pues, algo de cuatro manos lo hago de a dos. ¡Óh! Si tan solo se pudiese arreglar el tiempo contra quién estoy luchando, o pudiese encararlo para decirle lo que deseo...

Y de pronto apareces, sombra de mis sombras, nada peor que tú. Porque hermosa y llena de vida, te amo por ser casi como quien podría haber sido, por tener ese cabello negro y alargado, tus lentes oscuros, tu cuerpo blanqueado. Porque tan similar, que me hace pensar que me enamoro del amor. Y que me enamoro de quién me enamoré, sin que seas tú.

Y te odio porque, talvez, solo constituyes un sueño de maldad impresionante.

¡Óh! Me deshago como una uva en un vaso de agua, solitaria; ante los demás, absolutamente nada.

Jamás te permitiré ver qué ocurre,
talvez con un beso te lo diga.

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